Anna Politkóvskaya, la verdad incómoda

ABC

A punto de cumplirse cinco años de su asesinato, la editorial Debate publica un libro con la recopilación de algunos de los artículos de la periodista rusa, que perdió la vida por defender la verdad

«Sé que la espada de Damocles pende sobre mí constantemente. Lo sé, pero no pienso rendirme». Estas palabras, dichas a su madre poco días antes de morir asesinada en el portal de su casa, retratan el carácter de la periodista Anna Politkóvskaya (el 30 de agosto hubiera celebrado sus 53 años). Un compromiso que cumplió hasta sus últimas consecuencias y hasta su último aliento. Tan solo la muerte, a manos de un pistolero a cara descubierta (como recogieron las cámaras de seguridad del edificio), la desvió el 7 de octubre de 2006 (cumpleaños de Putin) definitivamente de su camino, el de denunciar la violación de derechos humanos que se estaba produciendo en Chechenia, así como la corrupción gubernamental que estaba carcomiendo los pilares de su país.

Cuando están a punto de cumplirse cinco años de su asesinato, coinciden dos lanzamientos que quieren recordar y homenajear la labor de esta mujer que en su último artículo, alojado todavía en la memoria de su ordenador cuando perdió la vida, se preguntaba: «¿De qué soy culpable? Simplemente he informado de lo que he visto, de nada más que la verdad».

Una verdad incómoda durante años que puso en jaque al gobierno de Putin y sus acólitos como dejan patente los artículos sobre el conflicto en Chechenia que publicó en la «Novaya Gazeta», ahora recopilados en el volumen «Solo la verdad», editado por Debate y que sale mañana a la venta.

Envenenamiento

El libro reúne, entre otros, textos sobre el secuestro en 2002, por parte de un grupo terrorista checheno del teatro Dubrovka de Moscú, mientras se representaba el musical «Nord-Ost». Politkóvskaya participó activamente en las negociaciones para intentar la liberación de los rehenes. Una participación inútil. El asalto al edificio por parte de las fuerzas de seguridad de Putin, tras haber lanzado un gas desconocido, se saldó con la muerte de 129 rehenes y 39 terroristas.

También recoge otro de los episodios más dramáticos vividos en la segunda guerra de Chechenia, con la toma de rehenes en una escuela de Beslán. Las tropas del gobierno ruso entraron al asalto días después. El saldo: 331 muertos, entre ellos 186 niños. Aquí, la periodista no pudo intervenir aunque lo intentó. Un té negro envenenado, ofrecido durante su trayecto a la ciudad, se lo impidió.Aunque la escritora entró en coma, los médicos pudieron finalmente salvarle la vida. Y es que las amenazas de muerte se convirtieron en algo cotidiano para la periodista rusa. Algo con lo que tuvo que aprender a vivir. A pesar de ello, Politkóvskaya nunca claudicó ante las presiones, ni se convirtió en una periodista afin al sistema. Tampoco buscó una salida fácil, como escapar de su país: «El exilio no es para mí. De ese modo, ellos ganarían», confesaba a Helena Kennedy en 2005, durante la entrega de uno de los numerosos premios que recibió la periodista rusa durante su trayectoria.

El sabor amargo de la libertad

Nunca se ha encontrado a los culpables del intento de asesinato en 2004, ni a su ejecutor en octubre de 2006. Sin embargo, gracias a las presiones internacionales se abrió una investigación sobre su muerte –Putin prometió a Bush que investigaría el caso-, que llevó a la detención de varios sospechos y a la celebración de un juicio en el que fueron liberados por falta de pruebas. Politkóvskaya se suma así a la larga lista de periodistas asesinados por defender la verdad.

El lanzamiento del libro coincide también con la presentación del documental «El sabor amargo de la libertad», realizado por Marina Goldovskaya y que ha sido proyectado recientemente en el Festival de Cine de Montreal. Por la cinta desfilan algunos de los compañeros de la periodista en la «Novoya Gazeta», así como sus amigas más cercanas, que aportan datos sobre su lado más humano. La cineasta define a Politkóvskaya, «a la que llegué a conocer bien» como un gran ser humano, «encantadora, con un gran sentido del humor, una madre fantástica (tenía dos hijos), una amiga tierna, valiente y generosa, capaz de dar su vida por una causa en la que creía…». Politkóvskaya fue fiel así misma.

Un pensamiento en “Anna Politkóvskaya, la verdad incómoda

  1. Esta muy buena la pagina y sobre todo el contenido de los articulos espero la puedas mantener por muchos años a venir. La pondre en favorito para poder acceder mas facil.

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