El Quijote, anotaciones de un lector

Jorge Luis Contreras

Capítulos del 1 al 4…

El artilugio, amazonkindle; la propuesta, una lectura (por placer) del Quijote.  Me salto los permisos y las dedicatorias.  Si pudiera escribiría “a lo Borges”; pero bien sé que estas anotaciones ven la luz, más bien, como fragmentos.

Ya don Quijote se nos ha presentado, ya sabemos que está seco del cuerpo y del cerebro.  Entendemos que las novelas de caballería hicieron su efecto, pero (ahora aventuro) él tenía, pienso, un espíritu predispuesto.  El libro (los libros) solo halló al hombre adecuado.

Ya se autonombra, ya bautiza lo que de aquí en adelante serán sus preciosos bienes espirituales y materiales. Y va, asustado (los locos también se asustan), a buscar su destino.

El primer equívoco, la fortaleza con alcaide, música, truchas, candeal y doncellas; que no es más que una venta con ventero, silbato de castrador de cerdos, abadejo, pan y rameras.

Don Quijote come.  Come.  Grotesco (o tierno) no tiene peto ni espaldar; pero conserva la gola y la celada (no se la pueden quitar y así debe comer y descansar).

No hay cordura capaz de tanto honor, no hay sensatez que pueda ser tan constante, que pueda persistir tanto. Ahora nuestro hidalgo se ha empeñado en lograr que se le ordene caballero.  Si al principio se le sigue la corriente, el acto se apresura luego cuando la locura se vuelve peligrosa para los otros huéspedes de la posada que se acercan al bebedero donde don Quijote vela sus armas.  Se abrevian las cosas.  Media vela basta y ya el ventero y sus ayudantes hacen el ritual.  Don Quijote es caballero.  Yo quisiera saber qué sintió cuando su gallardía y honor adquirieron legalidad.

Ya parte de la venta.  El destino le da su primera tarea caballeresca.  El niño golpeado vilmente es solo aparentemente salvado por el hidalgo.  Los hombres no tienen honor, son avaros, mentirosos, ventajistas… Don Quijote parte con la idea de que ha hecho bien su tarea (niño salvado, Dulcinea honrada, hombre escarmentado… Todo en su sitio).

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