Si mis manos pudieran deshojar, poema de Federico García Lorca

Yo pronuncio tu nombre
en las noches oscuras,
cuando vienen los astros
a beber en la luna
y duermen los ramajes
de las frondas ocultas.
Y yo me siento hueco
de pasión y de música.
Loco reloj que canta
muertas horas antiguas.

Yo pronuncio tu nombre,
en esta noche oscura,
y tu nombre me suena
más lejano que nunca.
Más lejano que todas las estrellas
y más doliente que la mansa lluvia.

¿Te querré como entonces
alguna vez? ¿Qué culpa
tiene mi corazón?
Si la niebla se esfuma,
¿qué otra pasión me espera?
¿Será tranquila y pura?
¡¡Si mis dedos pudieran
deshojar a la luna!!

Federico García Lorca (junio 1898 – agosto 1936)

Como homenaje al gran poeta universal Federico García Lorca, en el 75 aniversario de su muerte, transcribimos el poema “La Sangre Derramada”, que fuera escrito por él en honor al torero Ignacio Sánchez Mejías.

LA SANGRE DERRAMADA

¡Que no quiero verla!

Dile a la luna que venga,

que no quiero ver la sangre

de Ignacio sobre la arena.

¡Que no quiero verla!

La luna de par en par,

caballo de nubes quietas,

y la plaza gris del sueño

con sauces en las barreras

¡Que no quiero verla!

Que mi recuerdo se quema.

¡Avisad a los jazmines

con su blancura pequeña!

¡Que no quiero verla!

La vaca del viejo mundo

pasaba su triste lengua

sobre un hocico de sangres

derramadas en la arena,

y los toros de Guisando,

casi muerte y casi piedra,

mugieron como dos siglos

hartos de pisar la tierra.

No.

¡Que no quiero verla! Sigue leyendo