Ernesto Cardenal, Premio Reina Sofía de poesía

Como homenaje al poeta nicaragüense, Ernesto Cardenal, por haber sido acreedor al Premio Reina Sofía de Poesía 2012, publicamos “Epigramas”.

Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.

Los he escrito sencillos para que tú los entiendas.

Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan,

un día se divulgarán tal vez por toda Hispanoamérica.

Y si al amor que los dictó, tú también lo desprecias,

otras soñarán con este amor que no fue para ellas.

Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,

(escritos para conquistarte a ti) despiertan

en otras parejas enamoradas que los lean

los besos que en ti no despertó el poeta.

De estos cines, Claudia, de estas fiestas,

de estas carreras de caballos,

no quedará nada para la posteridad

sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia

(si acaso)

y el nombre de Claudia que yo puse en esos versos

y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlos

del olvido, y los incluyo también en mis versos

para ridiculizarlos.

Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:

yo porque tú eras lo que yo más amaba

y tú porque yo era el que te amaba más.

Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:

porque yo podré amar a otras como te amaba a ti

pero a ti no te amarán como te amaba yo.

Rubén Darío, 145 aniversario


Rubén Darío fue “el gran renovador de la lengua española, iniciador de todo un movimiento de renovación de las letras y la literatura, que se denominó Modernismo, y cuyo legado aún sigue vigente”, afirmó el jurista, escritor y estudioso de sus obras Carlos Tunnermann.  El 18 de enero, fecha de nacimiento del poeta, iniciaron en Nicaragua las celebraciones que se extenderán durante una semana.  Los festejos se inauguraron con un acto solemne en el Congreso, en Managua, y la colocación de una ofrenda floral en su tumba, en la Catedral de la ciudad de León, por el obispo Bosco Vivas, de acuerdo a lo programado por el Instituto Nicaragüense de Cultura (INC).

Como homenaje les compartimos su poema “Melancolía”.

Hermano, tú que tienes la luz, dime la mía.
Soy como un ciego. Voy sin rumbo y ando a tientas.
Voy bajo tempestades y tormentas
ciego de ensueño y loco de armonía.

Ese es mi mal. Soñar. La poesía
es la camisa férrea de mil puntas crüentas
que llevo sobre el alma. Las espinas sangrientas
dejan caer las gotas de mi melancolía.

Y así voy, ciego y loco, por este mundo amargo;
a veces me parece que el camino es muy largo,
ya veces que es muy corto…

Y en este titubeo de aliento y agonía,
cargo lleno de penas lo que apenas soporto.
¿No oyes caer las gotas de mi melancolía?