Thelma Muratori de Wyld
El cine histórico ha sido punto de referencia para muchos investigadores de la imagen animada. Han sido variados los puntos de vista que se han adoptado para aproximarse a las películas históricas, deteniéndose en los matices espectaculares. Debido a esto, no es de extrañar que al recordar algunas películas, el espectador tenga presente aquellas secuencias más impactantes: la carrera de cuadrigas de Ben Hur (1959) o el éxodo del pueblo judío en Los Diez Mandamientos (1956), por ejemplo.
Las compañías buscaban en todos los géneros, una continuidad cara al público, ofrecerle unos esquemas (temáticos, narrativos, plásticos) que les fueran fácilmente reconocibles y que le permitieran acceder a las películas con un conocimiento previo, de lo que iban a encontrarse en la pantalla. De esa manera se comprende la recurrencia continua a determinados temas históricos o a ciertos personajes del pasado, que al ser fácilmente reconocibles, permiten un dominio por parte de los potenciales espectadores.
También se ha hecho hincapié en la vinculación que se producía entre este tipo de películas y determinados planteamientos políticos contemporáneos. Aquí se puede ver la utilización ideológica de este tipo de interpretación histórica, lo que no es de extrañarse si se tiene en cuenta las necesidades de afirmación popular por las que pasaron muchos movimientos políticos y que se veían solucionadas con el uso de la imagen.
No hay que perder de vista que nos encontramos ante obras de ficción artística, trabajos que abordan un aspecto del pasado histórico, que no deben de contemplarse como obras de investigación histórica. La confusión en la utilización de esta perspectiva es una de las causas del descrédito que ha tenido este tipo de cine entre muchos historiadores, porque han olvidado que se encontraban ante películas.
El siglo XX ha vivido algunos de los procesos más interesantes y ricos en el tipo de investigación histórica. Por ello posee gran validez intentar vincular estas premisas científicas con la aparición de determinadas películas. Dentro de la riqueza historiográfica del siglo XX hay que fijarse en algunas posturas que son de gran interés y han tenido clara incidencia dentro del campo cinematográfico: el historicismo, la tradición romántica y la nueva Historia, puesto que todos ellos han dejado su huella en las imágenes con caracteres distintos, pero con un gran interés.
Lo que refleja el planteamiento historicista en el cine ha sido la tendencia a ver la historia a través de manifestaciones concretas, entre las que destacan de forma especial el mundo militar y los grandes personajes. Las biografías han sido otra de las grandes tendencias en el cine, que con frecuencia han caído en dos vertientes: la descontextualización y la simplificación. En la primera se ha concedido una atención tan radical a la figura a representar que se dejan de lado las claves del contexto histórico en el que se desarrolla. La segunda es la simplificación, con el deseo de transmitir con sencillez las ideas claves del personaje, a fin que puedan ser asimiladas aún por públicos no familiarizados con la historia, y disminuyen la majestuosidad que se quería resaltar. Por otro lado, la presentación de grandes personajes se ha hecho, con mucha frecuencia, envolviendo la aproximación reconstructiva en un hálito de amores, aventuras, y de acontecimientos que siendo verosímiles se alejaban de la realidad histórica del pasado.
Hay películas en las que la lucha entre la ficción y la historia queda equilibrada, por lo que se puede hablar de reinterpretación novelesca, películas como Fabiola o Los últimos días de Pompeya. De tradición medieval son las novelas de Walter Scott o de la edad moderna de Dumas. Junto a estas están las películas en las que el universo histórico ha desparecido siendo sustituido por las aventuras sin sentido y estereotipadas con personajes fantásticos.
Desde la década de los años veinte se busca una historia distinta de aquella que el historicismo había consagrado hasta el momento. Más que los hechos desnudos, interesan los comportamientos, se busca interpretar los hechos como trasfondo de una serie de mentalidades, la persona individual adquiere un carácter significativo. Para finalizar, cabe mencionar una serie de películas que por su título podrían parecer encuadrables en la corriente biográfica tradicional (Agustín de Hipona, Sócrates, etc.) y que sin embargo ponen de manifiesto una manera de entender la historia haciendo hincapié en los grandes principios y en los cambios mentales que se originan y singularizan en esos grandes hombres.