Benvenuto Chavajay: un “chunchero”

María José Prado Marroquín (*)

Mis padres me enseñaron a tratar de vivir de estas conexiones, a hablar con la piedra, bañar en el lago, tratar de que ese árbol tenga su sentido y tratar de que esa bolsa plástica negra que está volando arriba del pueblo pueda ser como un pájaro… Es lo más lindo tener una conexión. Todo lo que hago es una forma de sentir.1

Benvenuto Chavajay (Sololá, 23 de marzo de 1978)

Benvenuto Chavajay (Sololá, 23 de marzo de 1978)

Benvenuto Chavajay (1978-…) es un artista guatemalteco oriundo de San Pedro la Laguna, Atitlán, y en su obra se ha definido como un artista –no, no un artista sino un “chunchero”, un observador e interventor de objetos, de “chunches”– que busca alejarse de las convenciones, que son colonialidad; que busca alejarse de los esquemas impuestos por un pensamiento colonial y moderno, “occidental”. No obstante, Chavajay, aunque alineado a la lógica conceptual descolonizadora, explica que no se define a sí mismo como tal: “no sabía que existía una teoría sobre la descolonialidad en el arte, lo que yo quería era sanar una herida colonial y lo que tiene que ver con lo oscuro de la modernidad.”2

Y “sanar una herida” es una idea en la que Chavajay insiste: en concreto, sanar esa herida del ostracismo, del ver de menos lo que no va con las corrientes del gran mundo: tachar de analfabeto, de ignorante a quien se rige por un sistema de valores distinto; en concreto, al indígena guatemalteco, subestimado como ser humano pero también como artista. Es por lo último que Chavajay no solo se inserta dentro del campo de una estética contemporánea basada en el arte objeto, en la intervención más que en la creación –como reacción a los convencionalismos y academicismos–, sino que se aleja –siempre “se aleja”, que es otra idea central en su obra3– del folklorismo de los artistas, los pintores de su localidad. Su visión del “arte” busca ese alejamiento también de lo que convencionalmente llamamos arte. Su obra, que es retorno a la tierra –“al ombligo”, como lo explica él a veces–, se enfoca más en el concepto que en su cultura tz’utujil se relaciona más con “arte”: lo “sagrado”.

“En el pensamiento tz’utujil los objetos, las piedras, ya son sagradas porque son parte de la naturaleza (…) hablé mucho de los ‘chunches’ porque son objetos tirados en el suelo, entonces esos objetos yo quiero recuperar y dar esa alma como cuando mi papá me decía “mira hijo esa piedra tiene alma, tiene vida”. Uno no lo ve, pues el mundo occidental solo tiene esos dos ojos, pero el mundo de nosotros tenemos todavía el tercer ojo que tal vez no está colonizado todavía.”4

“Hay que regresar al ombligo”. La obra de Chavajay mueve a regresar a descubrir lo de nosotros, en esta tierra de Guatemala, a enfrentar esa “colonialidad-modernidad que anestesió (…) otras formas de estar y sentir.”5 Por ello, se define a sí mismo más como “un “chunchero” que retorna, se aleja, propone y manifiesta otras sensibilidades (…) se trata de dignificar los objetos (…) todo tiene alma, hasta una bolsa plástica tiene sentido. Entonces ya no hay nada qué hacer. Sino que hay que reconocer, identificar, multiplicar y dignificar. Es dar una segunda oportunidad a los objetos, a través de una fotografía, a través de un chunche.”6

 

1 “La dignidad de los chunches. Benvenuto Chavajay”, Revista Gimnasia, Guatemala, 23 de enero de 2015; disponible en: https://revistagimnasia.com/2015/01/23/bchavajay/
2 “Identidad, descolonialidad y resistencia, un acercamiento al pensamiento de Benvenuto Chavajay”, Salazar Ochoa, Diario La Hora, Guatemala, 30 de enero de 2015: disponible en: http://lahora.gt/identidad- descolonialidad-y-resistencia-un-acercamiento-al-pensamiento-de-benvenuto-chavajay/
3 “Por eso siempre le digo a los chicos que hay que vernos pero para ver hay que alejarse (…) también el arte es una forma de colonizarnos, y es mejor alejarnos un poco pero acercarnos más a lo más importante, a nosotros mismos, a la tierra, a nuestra cultura, y a la espiritualidad.”. (“Desobediencia visual: Una entrevista con Benvenuto Chavajay y Kency Cornejo”, en Decolonial Gesture, Issue 1, Volume 11, New York University, Hemispheric Institute E-Misférica, 2014.

(*) María José Prado Marroquín es alumna del Diplomado en Historia del Arte Guatemalteco y Curaduría

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *