María José Obiol – Babelia
Narrativa. Los días del arcoíris, de Antonio Skármeta (Antofagasta, Chile, 1940), acoge una propuesta de verosimilitud para sus personajes y sitúa el transcurrir de la narración en 1988, en Chile, en el tiempo del plebiscito nacional para determinar la continuidad en el poder del dictador Pinochet. La novela obtuvo el IV Premio Planeta-Casa de América, y está repleta de “dichas y quebrantos”, según su autor. En Gracias a la vida, de Violeta Parra, se escucha: “Así yo distingo dicha de quebranto / los dos materiales que forman mi canto”, y es en la manera de administrar esos materiales donde Skármeta obtiene su mayor rédito, porque en Los días del arcoíris, el autor con vital calma, sencillez en las palabras y la cadencia debida, organiza el desconcierto, la tragedia, el descubrimiento y el optimismo. En la novela está tanto el recuerdo de un tiempo duro como los trazos precisos para articular la rutina de quienes caminan sus páginas. Unos personajes desde los cuales se mira al Chile de una época y desde donde, al tiempo que se incorporan movilizaciones sociales y una vaga y aparente apertura política, persiste el oscuro sustrato de las desapariciones. Conviven pues, sin estridencias, los diferentes asuntos, “las dichas y quebrantos” de los personajes, tanto para quienes son protagonistas del cambio como para quienes ofrecen pactos pero ejercen represalias. La novela engarza una vida cotidiana no exenta de tragedias personales ni de opresores falsamente retirados, pero también la euforia creciente entre los partidarios del “no” al plebiscito. El contar calmo del autor chileno facilita la comprensión de esa mirada de apariencia apacible que se vierte en Los días del arcoíris. El arco iris fue el símbolo que utilizaron los opositores a Pinochet durante la campaña del referéndum. Quienes dijeron “no”, y ganaron.