Mi lectura del Quijote, segunda parte 17 y 18

El Quijote23

Jorge Luis Contreras Molina

 

Para don Quijote fueron muchos los días que pocos resultaron para Sancho en los cuales don Diego hizo las veces de anfitrión animoso a efecto de que la luz del Caballero de los Leones iluminara una casa llena de insipientes poemas escritos por el hijo casi pródigo, don Lorenzo.

Sancho comió. Descansó de sus muchos trabajos.  Hasta tuvo quien le sirviera.  Pero la felicidad es efímera.  Llegó la hora de salir hacia la cueva de Montesinos.

La versión que leo tiene un equívoco infame.  Utiliza la palabra derrota para referirse a derrotero. Pinta mal el nuevo viaje.

Habían llegado los héroes a la casa de Diego luego de que se encontraran fortuitamente en el camino. Antes de que huyeran todos en tumulto desconcertado por la inminente liberación de uno de dos leones con el que don Quijote planeaba contender.

El león estaba demasiado domesticado. Se había acostumbrado a su jaula.  Al verse libre solo se desperezó, vio timorato la libertad, y se volvió hacia la seguridad de las rejas.

El leonero se hizo escritor.  Inventó un evento de lucha y furor, de amenazas e intimidaciones entre la fiera y el hidalgo.  Al volver los fugados vieron al héroe vencedor fabricado por la mercadotecnia del carcelero.

No puedo dejar de decir que don Quijote encontró evocaciones de su Dulcinea en la casa de don Diego.  Fue feliz.  Más que cuando venció al león y se cambió el apelativo de triste vencedor de fieras.

 

¡Magnífico!

Rodrigo Fernández Ordóñez

At-the-Fights1Es una publicación especial de la prestigiosa institución editorial, The Library of America.  El libro, como mero objeto, es de por sí, precioso. Un volumen denso, de buen tamaño, pasta semidura, papel blanco que denota mucha calidad y un tipo de letra cómodo y elegante. La sobria portada, negra con letras blancas, recuerda a cualquier obra de Edward Hopper: un cuadrilátero color acqua, completamente vacío brilla bajo los reflectores, y a su alrededor las sillas dispuestas apenas se adivinan entre la sombra. Todo parece preparado para una pelea que va comenzar en instantes. Me recordó inmediatamente al deslucido gimnasio de la zona cinco en el que hace ya un buen par de lustros, hice mis intentos de boxear; espacio de paredes desconchadas, bancas despintadas y un poster inmenso promocionando la pelea del siglo: Alí versus Foreman, a llevarse a cabo en el mismo corazón de África, en Zaire, en 1974.

At The Fights. American Writers on Boxing, es una antología espectacular para los amantes del boxeo y de la literatura. En una colección de escritos deportivos que van desde la nota periodística hasta el verdadero ensayo literario, comparten espacio plumas tan especiales como la del mítico Jack London, el genial periodista A. J. Liebling, el genial Norman Mailer y la desconcertante Joyce Carol Oates (que por su parte tiene un maravilloso volumen titulado On Boxing, de gran calidad). Por sus páginas desfilan moles legendarias, desde los lejanos Jack Dempsey o Primo Carnera, hasta los actuales, Mike Tyson y Oscar de la Hoya, pasando por el más grande de todos, Cassius Clay, alias Mohammed Alí, y sus peldaños derrotados, Sonny Liston, Floyd Patterson y George Foreman.

Para el escéptico que corre el riesgo de perderse de esta verdadera joya de las letras, quiero apuntalar el párrafo anterior con un poco de más información de algunos de los autores de la antología:

De A. J. Liebling cabe decir que además de un periodista deportivo de altos vuelos, como lo atestiguan sus dos reportajes incluidos en este libro, privilegio que dicho sea de paso sólo se dio a unos pocos de los autores antologados. Fue corresponsal de guerra durante la segunda guerra mundial (sus artículos también han sido recogidos en un volumen especial titulado A. L. Liebling Writings, también de la Library of America y en Reporting World War II, de la misma prestigiosa institución), y como cronista de la vida europea de posguerra, incursionando incluso en el periodismo culinario. Para coronar su carrera periodística, su libro especializado en el boxeo, titulado The Sweet Science, fue declarado por los lectores de la revista Sports Ilustrated, como el mejor libro de deportes de todos los tiempos. Galardón nada despreciable.

Norman Mailer por su parte, es un escritor controversial en los Estados Unidos. Escribió una interesante novela The Naked and the Dead, publicada en 1948 sobre sus experiencias en la guerra del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial, y llevó varios juicios en su país para poder imprimir la palabra Fuck, en su novela (palabra que aparece bastantes veces), y que originalmente la censura había impreso como: F***, distorsionando según él, la esencia del texto. Años después, en 1968, publicaría la novela traducida como Los ejércitos de la noche, denunciando la política represiva del presidente Nixon en contra de los movimientos antibélicos surgidos en rechazo de la guerra de Vietnam, y un libro monumental, titulado The Fight, publicado en 1975, en el que narra el legendario encuentro Alí vrs. Foreman, desde el momento de su anuncio hasta los extenuantes ocho rounds y el desplome final de Foreman luego de un demoledor uppercut de izquierda y un corto recto de derecha. En su reportaje de largo ambiente, viaja a Kinshasa tanto para ser testigo del combate, como para delinear, con su acostumbrado tono crítico, la dictadura del terrible Mobutu Sese Seko que gobernaba con mano de hierro la nación africana. Sigue leyendo

Mi lectura del Quijote, segunda parte 12

Jorge Luis Contreras

DonQuijoteEl teatro es solo una representación.  Sancho vive, y en ese sentido es una extensión de don Quijote y su incuestionable vitalidad. Y es que el escudero ha visto que los collares y adornos de los actores eran tan falsos como un billete de quince quetzales. Hay que explicar el punto.  Didáctico el señor instruye al siervo.

Y si Dulcinea sigue embrujada. Y si solo simples como Sancho pueden ver su sin igual belleza. Y si los enviados penitentes no logran dar con ella cuando don Quijote los venza y los designe para mostrarle respeto y admiración a la dama… ¡Ah! El mundo de los sueños es un laberinto complicado de ver y no ver, de ser y parecer, de embrujos y malicias.

Se cuela por una rendija el Cervantes crítico, académico, teórico, y hace alusiones veladas a su propia producción teatral.  El pretexto es el extraño encuentro con la carreta de la muerte que terminó a la mala con el hidalgo afrentado y el escudero puesto en evidencia.

Ósmosis ha sido para Sancho el tiempo que han aventurado los amigos.  Ya hasta habla bien.  Ya hasta ironiza con alusiones a cierto abono orgánico que es un símil de las enseñanzas del hidalgo y que ha hecho florecer el mundo de las ideas del ingenuo escudero.

Pero el bosque guarda un secreto. Así como el desierto del Principito esconde el pozo. Hay un igual. Hay un quejoso caballero andante que sufre. Que tiene escudero. Que tiene dama. Que honra a su señora mientras la pone por encima de todas las demás.  Eso incluye a Dulcinea.  Eso hace que el resorte del amor levante a Quijano y lo ponga en guardia.

Dos diálogos ocurren paralelos.  Los dos señores en el filón hidalgo.  Los dos escuderos en un festín de dichos y anécdotas.

Hay en el aire un reflejo peligroso para nuestro héroe.

Mi lectura del Quijote, segunda parte 7

Jorge Luis Contreras

Capítulo 7

Dos planos.  Real es el llanto del ama que ve como se precipita su señor hacia la tercera desventura.  Real también su razón que ha dado hasta para proveer de la más rigurosa dieta al antes molido señor llegado de la segunda.  Sansón es joven y, como el león -piensa, muy al inicio- que podrá con la empresa de impedir la inminente salida del hidalgo.

Imaginación pura es el coloquio de Sancho y don Quijote.  Dichos y tergiversaciones empalman la famosísima charla con las posturas sustentadas en los libros del hidalgo y los mil refranes del panzón.  Don Quijote no desea negociar.   Sancho quiere sueldo, el hidalgo no puede ceder porque eso no está en los textos caballerescos.

Sansón, ahora asesorado por el cura y el barbero tiene preparada la trampa.   Ni la sobrina ni el ama sospechan hacia dónde va la labia  del bachiller que, en lugar de hacer entrar en razón al loco, lo precipita hacia el viaje que, percibimos, no tendrá regreso.  Se habla de testamentos, se anuncian escuderos haciendo fila para pedir el trabajo, se dan abrazos de Judas a mitad de la noche. Ya vemos las sombras caminantes.  La rechoncha con la bolsa del dinero, la escuálida y gigante con los ojos enternecidos por la aventura.

¿Por qué debe interesarnos estudiar el idioma?

Miriam Castellanos (*)

Porque por medio de este podremos conocernos, saber quiénes somos, y hacia dónde nos dirigimos.  Y en la medida que lo logremos, conoceremos al otro… a usted, a usted y a todos, a través del uso que le demos al idioma.  Para Oliver Holmes: «Toda lengua es un templo, en el cual está encerrada, como en un relicario, el alma del que habla».

El viaje que mis compañeros y yo emprendimos gracias a este diplomado, fue uno hacia las entrañas mismas del tesoro más valioso que pudieron heredarnos… el idioma, nuestro idioma español.

El primer paso fue aguzar el oído; y aunque conocíamos los sonidos, nos familiarizamos con la dulzura y la agresividad, el énfasis y el titubeo, la pasión y la amargura de muchos de ellos.  Poco a poco danzamos con las inflexiones, que hacen de las palabras, el inicio o el fin del diálogo sonoro.  El canto de sirenas nos embrujó; y así, nos llevó a contemplar la creación de palabras, de frases, de la historia misma.

Los sonidos son uno y todos a la vez.  Se unifican y se diversifican en, y para la creación.   El océano de ecos por el que transitamos, inmenso y portentoso, nos condujo hacia tierra firme, en donde nos adaptamos a las palabras, su esencia y sus cambios.

Ya en terrenos de las voces, nos dispusimos a comprender sus relaciones.  Aprendimos más que gramática; comprendimos que las palabras son “entes sociales”, que necesitan la compañía de otras, para cumplir su misión.  También identificamos a las solitarias, que si habitan solas, es porque su carga es:  intensa, vigorosa, rotunda y completa.

Como todo ser libre, las palabras juegan diversos papeles, aunque no todos son permitidos, y el habla insista en ordenarlas a su parecer. Es aquí donde la norma se encarga de ubicarlas y explicar el porqué de su correcta disposición.  Neruda, al respecto, graciosamente dijo: «Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció». Esto significa que, aunque la lengua se apoye en la norma, el habla, rebelde, se expresa con total libertad. Está en nosotros educar al habla, para que vista galas de damisela sin perder su identidad.

Descubrir nuestra riqueza léxica nos ubicó; hizo que conociéramos y reconociéramos nuestras fortalezas y también nuestras debilidades en el uso de vocablos.  Nos enteramos, también, de los cambios que la Real Academia Española dispuso para acerca el idioma a los usuarios.

Finalmente  llegamos al encuentro del tesoro al final del arcoíris.  Pudimos palpar la historia, conocer el origen y percibir el olor de los años transcurridos.  Volvimos a escuchar a las palabras, pero esta vez, contándonos su vida, sus varios significados… los años de añejamiento.

También conocimos a las expresiones prestadas, a las heredadas, a las autóctonas, a las noveles, a las cultas, a las trilladas por el uso, a las caducas, a las técnicas y hasta las que aún no se han inventado en nuestro idioma.

Juntos, abrimos el cofre cuyo olor a conquista nos hizo escarbar.  Nos maravillamos ante la amplitud y la profundidad de los varios diccionarios que existen.  Aprendimos a ir tras la pista, a descubrir a la tatarabuela de algún vocablo o expresión, cuya procedencia o razón de existencia desconocíamos.

Nos complacimos al encontrar compiladas en un diccionario, muchas de las expresiones guatemaltecas pero también, nos entristecimos al saber, que un terreno tan fértil y basto como el de los guatemaltequismos, sea asunto que solo ha interesado a unos pocos.

Las palabras son testigos de los momentos del hombre, de sus hazañas, pero también del descuido y peor aún, del desprecio.  El idioma es nuestra carta de presentación, nuestra esencia, nuestra idiosincrasia.  El español es una lengua que tiene magia y policromía, que une pueblos, que trasciende, que crece y poco a poco va envolviendo a las naciones.

No podemos permitir que el nuestro, sea un español atropellado por el uso incorrecto debido al desconocimiento de sus normas y que esto lo lleve a perderse dentro de una nebulosa que lo condene a la putrefacción…

¡No podemos permitirlo!

El uso correcto del idioma no es una mera disposición social.  Cada vez que empleamos incorrectamente la lengua, cuando no sabemos qué vocablo utilizar y rellenamos los espacios con expresiones ambiguas e imprecisas, estamos gritando a los cuatro vientos: ¡estos son nuestros límites!

Miguel de Unamuno fue muy acertado al respecto, cuando escribió:  «La lengua no es la envoltura del pensamiento sino el pensamiento mismo».

El lenguaje también posee su ciencia… es una como cualquier otra, que requiere dedicación y esfuerzo, pero sobre todo, respeto y amor.

Leamos, investiguemos, consultemos diccionarios, escribamos, preguntemos a quienes saben y si sabemos, compartamos nuestros saberes para mantener vivo, vibrante y elocuente a este nuestro idioma, EL ESPAÑOL.

Muchas gracias.

(*) Palabras expresadas por la alumna Miriam Janeth Castellanos Salazar, durante la graduación del Diplomado en Lingüística Española el 11 de agosto, 2012, en el Auditorio Milton Friedman, UFM.

Ernesto Cardenal, Premio Reina Sofía de poesía

Como homenaje al poeta nicaragüense, Ernesto Cardenal, por haber sido acreedor al Premio Reina Sofía de Poesía 2012, publicamos “Epigramas”.

Te doy, Claudia, estos versos, porque tú eres su dueña.

Los he escrito sencillos para que tú los entiendas.

Son para ti solamente, pero si a ti no te interesan,

un día se divulgarán tal vez por toda Hispanoamérica.

Y si al amor que los dictó, tú también lo desprecias,

otras soñarán con este amor que no fue para ellas.

Y tal vez verás, Claudia, que estos poemas,

(escritos para conquistarte a ti) despiertan

en otras parejas enamoradas que los lean

los besos que en ti no despertó el poeta.

De estos cines, Claudia, de estas fiestas,

de estas carreras de caballos,

no quedará nada para la posteridad

sino los versos de Ernesto Cardenal para Claudia

(si acaso)

y el nombre de Claudia que yo puse en esos versos

y los de mis rivales, si es que yo decido rescatarlos

del olvido, y los incluyo también en mis versos

para ridiculizarlos.

Al perderte yo a ti tú y yo hemos perdido:

yo porque tú eras lo que yo más amaba

y tú porque yo era el que te amaba más.

Pero de nosotros dos tú pierdes más que yo:

porque yo podré amar a otras como te amaba a ti

pero a ti no te amarán como te amaba yo.

Homenaje a Héctor Gaitán

Como homenaje a Héctor Gaitán, historiador, escritor y periodista guatemalteco, les compartimos el enlace al vídeo que filmara New Media UFM en julio de 2007, durante la participación de este personaje en el Club del Terror: cuentos de miedo de las calles del centro histórico, de la Biblioteca Ludwig von Mises.

Héctor Gaitán Alfaro nació el 25 de enero de 1939 y falleció el día de hoy a la edad de 72 años; fue autor de varios libros sobre la historia de Guatemala.  Su serie más recordada es La calle donde tú vives, con varias ediciones, signadas por la frase Como me lo contaron se lo cuento.

Guatemala tiene diversidad de cuentos e historias sobrenaturales que acontecieron en diferentes épocas.   El escritor guatemalteco Héctor Gaitán, narra algunas de las que sucedieron en el Centro Histórico y Cívico de la ciudad. Sus relatos incluyen a personajes importantes como Jorge Ubico, José María Reyna Barrios, Serapio Cruz, Gabino Gainza, José María Miculax y otros que también forman parte de la tradición guatemalteca. – New Media UFM

Vídeo: El Club del Terror: cuentos de miedo de las calles del centro histórico.