Las influencias de los impresionistas

Por: David Hernández Gutiérrez

Nos pueden sonar poco más o menos los impresionistas. Tal vez, como cultura general, sabemos que podemos asociarlos con el arte. Pierre Auguste Renoir, Camille Pisarro, Alfred Sisley, Berthe Morisot, Paul Cézanne, Edgar Degas, Claude Monet o Édouard Manet, podrían considerarse algunos de los más relevantes artistas que han sido catalogados como impresionistas.

Y la historia comienza así…

En Francia, con el Grupo de Batignolles, un grupo de unos treinta artistas que se reunían en el café situado en el número 11 de la Grande Rue des Batignolles (de ahí su nombre, no se calentaron mucho la cabeza). Este grupo estaba decidido a presentar batalla al establishmentde la Academia (vea Napoleón III y el arte moderno) y para ello habían inaugurado su propia exposición de arte que, a juicio de Will Gompertz “podía consagrar o hundir sus carreras”. Dicha exposición tuvo lugar el 15 de abril de 1874. Como es obvio, recibió grandes críticas negativas por considerar que lo que allí se exponía no era arte. Aunque cada vez eran más las personas que sentían interés y fascinación por esta nueva forma de “hacer” arte.

Claude Monet: “Impresión. Sol naciente” (1872).

Louis Leroy, pintor y grabador francés, no era uno de ellos. Para entonces, escribía en el periódico satírico Le Charivari, en el que publicó, en referencia a la obra de Claude Monet: Impresión. Sol naciente (1872), que fue expuesta en la exposición de 1874: “Impresión: de eso no hay duda. Solo que me pregunto que, dado que estaba impresionado, tenía que haber alguna impresión en la obra. (…) El papel de pared en su estado de embrión está mejor acabado”.

Una muy dura crítica a la obra de Monet por un personaje que podríamos catalogar de mediocre y que no supo ver el cambio de los tiempos, en el arte. No obstante, la crítica lanzada contra Monet no llegaría muy lejos, y, muy a pesar de Leroy, daría nombre a esta nueva forma de hacer e interpretar el arte: el impresionismo (¡si existe el karma, bravo por él!).

Ya hemos ubicado en el tiempo y en el espacio al Impresionismo. Esto es un avance considerable en la comprensión de este movimiento artístico.

El tema que nos ocupa aquí son las influencias que inspiraron a estos artistas a realizar una diferente manifestación del arte, que se alejaba del establishment de la Academia. Y es que, si bien ellos no fueron los pioneros en enfrentarse a la Academia con su arte, sí fueron los que lograron la mayor victoria imaginable para el reconocimiento y valoración del arte moderno. Estos influjos pueden resumirse en tres fuentes: el Reino Unido, el Japón y la fotografía. Sigue leyendo

Napoleón III y el arte moderno

Por: David Jaime Hernández Gutiérrez

Podemos pensar, ¿quién es Napoleón III y por qué se relaciona con el arte moderno? Todo tiene una explicación y un sentido. Vemos, la historia comienza más o menos así.

Nos encontramos en el París de 1863 y se está llevando a cabo el llamado Salón de París, la exposición de arte oficial que se realiza desde 1725 y es considerada el acontecimiento artístico más importante del mundo. En él encontramos obras como Naissance de Venus, de Alexandre Cabanel.

“El nacimiento de Venus”, Alexandre Cabanel, 1863

Una obra que, a juicio de la Academia de Bellas Artes de París, cumple con “la gran manera”. Esto es, la manera oficial de hacer arte, establecida por la Academia. Tenemos un desnudo clásico, como podría ser la Venus de Urbino de Tiziano de 1538. Cumple con los cánones clásicos para que una pintura sea considerada una obra de arte a juicio de la Academia, es decir, un desnudo clásico que hace referencia a la historia del arte, idealizado, siendo ésta la cota más alta a la que podía llegar la carrera de un artista. ¡Felicidades por Cabanel!

Otra de las obras que se presentó al salón es Olimpia, de Édouard Manet. ¿Notan alguna diferencia?

“Olympia”, Édouard Manet, 1863

La obra hace referencia concreta a la historia del arte, desde el nombre, Olimpia, hasta el desnudo clásico de la historia del arte, con lo cual cumplía con los cánones que imponía la Academia. Pero “¡Por Dios, que es esto?” Es lo que exclamaron los visitantes al Salón de París de 1863 al contemplar la obra de Manet.

Manet tiene un problema y es que no logra idealizar el desnudo femenino, requisito obligatorio de la Academia para considerar una pintura como “buena”. De hecho, como nos dice Will Gompert “había tomado la belleza mítica de la Venus de Urbino de Tiziano (1538) y la había convertido en una prostituta”. Compárenla ustedes con la Venus de Urbino de Tiziano:

“Venus de Urbino”, Tiziano, 1538

Se aprecia la diferencia, ¿verdad?

En la Olimpia de Manet lo que está pintado es “una prostituta moderna presentada con el descarado realismo coubertiano” (Will Gompertz)

Encontramos en la Olimpiaun marcado fondo oscuro con escasos elementos decorativos como el collar o el brazalete, que realzan más el desnudo de la prostituta. Otro elemento importante de la Olimpia de Manet son los considerables elementos sexuales, como la mirada seductora de “Olimpia”, el gato negro, o la zapatilla caída (signo de la inocencia perdida), el ramo de flores y la orquídea en el pelo.

Fue un día nefasto para Manet al recibir durísimas críticas en el Salón de 1863, aunque tuvo defensores, que ya empezaban a vislumbrar el nuevo camino que estaba tomando el arte, fuera del monopolio artístico de la Academia.

No obstante, Manet tuvo “suerte”, ya que su obra fue expuesta en el Salón de París de 1863, no así las más de 3.000 obras rechazadas por la Academia, donde encontramos obras de Paul Cézanne, Jame McNeil Whistler o Camile Pissarro entre otros. No eran “malas” obras, en absoluto, solo que no cumplían con las normas de hacer arte que imponía la Academia. Su problema no era artístico, sino político.

“Napoleón III”, Franz Xaver Winterhalter, 1852

Esta situación artística es la que nos encontramos en 1863 en París. En cuanto al contexto histórico, nos encontramos con que, para entonces, gobernaba Napoleón III, quien había sido el único presidente de la Segunda República Francesa (1848 – 1852) y que, desde 1852, y tras un golpe de estado, se había convertido en emperador (1852 – 1870).

Para 1863, en París, y en Francia, se vivía un ambiente de resistencia al régimen de Napoleón III debido a su forma de gobernar autocrática. Así, en un intento de sofocar una posible rebelión del pueblo francés, Napoleón III decidió mostrar su lado más abierto y conciliador con la creación de una segunda exposición oficial conocida como el Salón de los Rechazados (1863).

Con más de 3000 obras rechazadas por la Academia, resulta evidente que había toda una corriente artística fuera de los cánones impuestos por la Academía y que no eran consideradas arte por los mayores entendidos de la época. Estos artistas tuvieron que soportar las duras críticas de la Academia, las burlas y el rechazo de sus obras por la mayor parte de la sociedad del momento. Sus obras no podían ser expuestas por los medios oficiales y poca gente mostraba interes por unas pinturas que la Academia decía que no eran arte y que dichos pintores no sabían pintar. Con todas estas adversidades, resulta muy meritorio el que persistieran haciendo un arte diferente y exponerse a las duras críticas. No obstante, gracias a esta lucha y enfrentamiento con la Academia, el arte moderno consiguío florecer.

El Palais de l’Industrie, foto por Édouard Baldus. Fue aquí en donde se realizó el Salón de los Rechazados en 1863.

Y fue Napoleón III quien les dio una via oficial a estos “rechazados” para reconocer su arte y exponerlo al gran público. Como nos dice William Gompertz, “sin darse cuenta, Napoleón III había permitido escapar de su lámpara al genio del arte moderno: había dado a los artistas una plataforma sancionada por el Estado y, con ella, la noción de que existía una alternativa a la Academia”.

La historia de la lucha del arte moderno contra la Academía continuó durante muchos años, y tiene nombre propio, impresionismo. Pero el gesto de Napoleón III de abrir otro salon oficial paralelo al de la Academia inició el proceso de aceptación del “arte moderno” como arte y los primeros conatos de una contracultura artística que dará lugar al arte contemporáneo, conceptual, ciritcado por algunos y venerado por otros hasta nuestros días.

Este es solo un breve ejemplo de lo que podremos ver con más detenimiento y detalle, en el Diplomado en Arte Moderno y Contemporáneo que impartirá el Departamento de Educación de la Universidad Francisco Marroquín y que iniciará en enero de 2019.

 

BIBLIOGRAFÍA

Gombrich, E.H. La historia del arte. 16ª edición. PHAIDON. 2013

Gompertz, Will. ¿Qué éstas mirando? 150 años de arte moderno en un abrir y cerrar de ojos. Ed. Taurus. 2013

IMÁGENES

  1. https://es.wikipedia.org/wiki/El_nacimiento_de_Venus_(Cabanel)
  2. https://es.wikipedia.org/wiki/Olympia_(Manet)
  3. https://es.wikipedia.org/wiki/Venus_de_Urbino
  4. https://es.wikipedia.org/wiki/Napole%C3%B3n_III_Bonaparte
  5. https://en.wikipedia.org/wiki/Salon_des_Refus%C3%A9s (Palacio de la Industria donde se llevó a cabo el Salón de los Rechazados)

 

Código de Hammurabi

Por: David Jaime Hernández Gutiérrez

Código de Hammurabi. Imagen: Wikipedia.

Podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que el Código de Hammurabi es una de las grandes maravillas que produjo el mundo antiguo y uno de los primeros intentos de plasmar por escrito la ley que rige la vida cotidiana de los seres humanos

Todos hemos visto imágenes de la estela donde se encuentran las 282 leyes que mandó escribir en piedra el monarca babilonio Hammurabi durante su reinado comprendido entre 1790 a.C. y 1750 a.C. (aunque dependiendo de las fuentes consultadas, nos pueden dar unas fechas ligeramente diferentes), pero ¿cuál es su contenido y qué es lo que convierte a esta estela en una de las grandes maravillas del mundo antiguo?

Comenzaré con unos datos técnicos sobre la estela para que nos hagamos una idea de su tamaño y composición, ya que mide unos 2,25 metros de alto y está enteramente hecha con basalto, una de las rocas más abundantes de la tierra. En la parte superior de la estela, vemos un bajorrelieve que representa a Hammurabi, en pie, frente al dios del sol y de la justicia de Mesopotamia, llamado Shamash. Inmediatamente bajo dicha escultura se encuentran inscritos, en caracteres cuneiformes acadios, las leyes que rigen la vida cotidiana de Babilonia.

Parte superior de la estela. Imagen: Wikipedia

La parte superior de la estela resulta sumamente interesante por la simbología que presenta. Como he comentado sucintamente arriba, encontramos al Dios del sol y de la justicia, Shamash, sentado sobre un trono entregando una vara de medir a Hammurabi, en pie frente a él. Dicha vara es el símbolo del poder judicial y de la justicia. Podemos ver más simbología aquí. Los pies de Samash se encuentran apoyados sobre un escabel (taburete pequeño para apoyar los pies cuando se está sentado) de escamas, símbolo de la montaña, indicando que el dios se encuentra en una esfera superior al de todos los babilonios y solo Hammurabi es digno y capaz de alcanzar esta esfera para comunicarse con el dios. Podríamos mencionar también los rayos solares que encontramos tras la cabeza de Shamash, símbolo del dios del sol, lo cual ratifica ante qué divinidad se encuentra Hammurabi, por si hubiera dudas.

Por último, respecto al bajorrelieve, se nos muestra un elemento habitual del Próximo Oriente Antiguo: los dioses son los que dictan las leyes, con lo cual, éstas están imbuidas de un aura divina, es decir, las leyes son de origen divino. Podríamos ir un poco más allá y ver en este Código el primer ejemplo de que hay leyes sagradas que ni los reyes pueden cambiar. Que se lo digan a los reyes absolutos de la época moderna (37 siglos después), que pelearon durante todo el siglo XIX para que no hubiera leyes sagradas que estaban por encima del poder del rey.

La parte inferior de la estela es la que resulta de mayor importancia y la que convierte al Código de Hammurabi es una de las maravillas del mundo antiguo.

Parte inferior de la estela: aquí encontramos las 282 leyes escritas en acadio, lengua extinta hablada en la antigua Mesopotamia. Imagen: Wikipedia

Aquí encontramos las 282 leyes, inscritas en acadio, lengua extinta hablada en la antigua Mesopotamia. Hammurabi mandó colocar copias en las plazas de la ciudad para que todas las personas que supieran leer conocieran la ley.

Como introducción a las leyes, encontramos la justificación que hace el monarca de dicho Código:

“(…) entonces Anum y Enlil* me designaron a mí, Hammurabi, príncipe piadoso, temeroso de mi dios, para que proclamase en el País el orden justo, para destruir al malvado y al perverso, para evitar que el fuerte oprima al débil, para que, como hace Shamash Señor del Sol, me alce sobre los hombres, ilumine el País y asegure el bienestar de las gentes.”

Cuando Marduk** me encargó llevar el orden justo a las gentes y mostrar al País el buen camino, puse en la lengua del País la ley y la justicia y así fomento el bienestar de las gentes”.

Pasando a las leyes propiamente dichas, podemos encontrar, entre otras:

  1. Si un hombre quita el ojo de otro hombre, su ojo será quitado.
  2. Si un hombre extrae el diente de otro hombre, su diente será quitado.
  3. Si un hombre golpea a una mujer embarazada, lo que le provoca el aborto, entonces deberá pagar 10 shekels por su pérdida..
  4. Pero si la mujer muere también entonces la hija del agresor será sentenciada a muerte.

*Anu era el dios del cielo, señor de las constelaciones, que vivía con su esposa, ki, en las regiones más altas del cielo. Enlil era el señor de los cielos y la tierra. Junto a Enki, formaban la tríada mesopotámica

** Shamash fue dios local de Babilonia, donde se le conoció por otros nombres como Marduk

Encontramos aquí la referencia directa a la Ley del Talión, principio jurídico de justicia retributiva en el que la norma impone un castigo con el objetivo de alcanzar una reciprocidad por el crimen cometido. Dicha ley la vemos mencionada varias veces en la biblia, como por ejemplo en el Éxodo 21:23-25:

Pero si sucede una desgracia, tendrás que dar vida por vida,

ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie,

quemadura por quemadura, herida por herida, contusión por contusión.

Y sigue el Código con multitud de leyes que tratan de regular todos, absolutamente todos, los aspectos de la vida cotidiana, con el objetivo de que nada escape a la ley y todo el mundo conozca las sanciones de cometer hechos contrarios a la ley divina. Asimismo, es de los primeros ejemplos del principio de presunción de inocencia, ya que el acusado o acusador debía presentar pruebas tanto para acusar como para defenderse. ¡Vaya con estos babilonios!

Sobre este hecho se ha escrito mucho ¿Podemos considerar el Código de Hammurabi como un código de leyes civilizado o más bien, deberíamos considerarlo como un código de leyes salvaje e incivilizado? Mi postura es la primera. Considero, sin lugar a duda, el Código de Hammurabi como un acto de civilización y no de salvajismo o barbarie. Hoy en día es fácil criticar el Código y catalogarlo de salvaje por imponer penas como mutilaciones o el desprecio por la integridad de esclavos y mujeres. No es correcto ni justo valorar el pasado con nuestros valores actuales. Este es un error muy habitual que solemos cometer todos y que vale la pena detenernos para escapar de esta trampa tan habitual.

Yendo a la Babilonia de Hammurabi, este Código resultaba ser muy civilizado, ya que lo que hace es limitar la venganza por parte del agredido. Si quitas un ojo, el agredido tiene derecho a quitarte un ojo, no a matarte. Lo mismo pasaría con el que roba, se le quita una mano, pero no se le mata. Viendo así el Código, creo que nos resultará más fácil a todos afirmar que el Código de Hammurabi fue un avance serio de civilización y no de barbarismo.

Por último, y algo que siempre trato de mostrar en mis clases, es que el contexto histórico es fundamental para comprender todo hecho o acontecimiento, así como cualquier elemento del acervo artístico a lo largo de la historia. En este caso, nos centramos en el Código de Hammurabi y hemos hablado de un rey babilonio, Hammurabi, y de un imperio, el Babilonio, pero ¿Qué sabemos de ellos?

En este mapa podemos ver el valle del Tigris y Éufrates, cuna de la civilización más antigua conocida. En dicho valle podemos ver ciudades de relevancia capital en el mundo antiguo como son Ur, Lagash, Uruk, Kish o Babilonia, entre otras. Fuente: anthropologies.es

Imagen: icarito.cl

Nos encontramos en torno al año 1750 a.C., en el conocido como Imperio Babilónico, cuya historia se divide en dos etapas separadas por el periodo de dominación asiria:

  • Imperio Paleobabilónico o amorrita(1792 – 1595 a.C.)
  • Imperio Neobabilónico o caldeo(626 – 539 a.C.)

Dicho imperio desaparecerá tras la conquista de Ciro II el Grande dando paso al Imperio Persa

Resulta interesante que, en Babilonia se hablaba el acadio (lengua semítica) a pesar de que sus fundadores, los amorreos y sus sucesores los casitas, no contaban con el acadio como lengua nativa.

Con la llegada al trono, en torno al año 1782 a.C. del sexto miembro de la dinastía de Babilonia, Hammurabi, Babilonia logra vencer sobre el resto de Mesopotamia, alzándose como la ciudad más importante y, por consiguiente, su dios principal, Marduk, será alzado a la cabeza del panteón de dioses locales.

Hammurabi se lanzó contra la ciudad de Assur (que daría nombre a Asiria) y la ciudad de Larsa, ciudades más poderosas que Babilonia, pero cuyos monarcas eran bastante ancianos y no contaron con la energía suficiente para hacerle frente. Tras las campañas de 1763 a.C. en Larsa y la de 1755 en Asus, se hizo con el control del valle de los ríos Tigris y Éufrates.

En este contexto de autoridad máxima en toda Mesopotamia es donde encontramos la realización del Código de Hammurabi, que puede interpretarse como un elemento de propaganda política y ensalzamiento del rey, ya que hay evidencia de que, aunque las leyes estaban plasmadas en la roca, no se cumplían de manera sistemática.

Actualmente podemos contemplar la estela del Código de Hammurabi en el Museo del Louvre de París. Así que ya saben, la próxima vez que vayan al Louvre, el Código se convierte en parada obligatoria.

 

Este es solo un breve ejemplo de lo que podremos ver con más detenimiento y detalle en el nuevo Diplomado de Historia del Arte Universal que impartirá el Departamento de Educación de la Universidad Francisco Marroquín y que iniciará en enero de 2019.

 

 

BIBLIOGRAFÍA

Bravo, Gonzalo. Historia del mundo antiguo: una introducción crítica. Alianza. 2008

De Rojano Simón, Marta. Manual de Historia Antigua. Una panorámica de la antigüedad. Editorial Académica Española. 2012

Ramírez, Juna Antonio et alii. Historia del Arte. El mundo antiguo. Alianza Editorial. 2004

 

WEB

https://es.wikipedia.org/wiki/C%C3%B3digo_de_Hammurabi

http://www.anthropologies.es/el-codigo-de-hammurabi-y-sus-aspectos-militares/

https://emosqueira.com/2010/05/03/%C2%BFes-el-codigo-de-hammurabi-ley-del-talion-civilizado/

http://clio.rediris.es/fichas/hammurabi.htm