El Quijote, anotaciones de un lector 6

Jorge Luis Contreras

Capítulos 14, 15 y 16…

Ahora se lee la canción desesperada del malogrado Grisóstomo.  Marcela, la amada del muerto, hace una apología de su virtud y su inocencia.  Todos quedan conformes. Se recuerda al lector que hay hermosuras que alegran la vista, pero no rinden la voluntad.  Aparecen los traumas psicológicos que tanto material van a dar a novelas y películas.  Grisóstomo se alejó intencionalmente de Marcela para sentir celos y luego poder morir de amor.  Un círculo de cobardes que se verá mucho en las letras universales.

Otra venta, otro ventero. Otra vez el Hidalgo llega deshojado, molido a golpes. La esposa del falso castellano lo cura junto con una bella hija y una fea criada. Cuatro tablas lisas  y ya se tiene cama para el hidalgo. Sancho, herido también, pide curación, mientras miente y vuelve a mentir respecto de las razones del molimiento de ambos. Sancho alaba a don Quijote. Lo anuncia caballero que hoy está en desdicha, pero mañana será emperador y algo ganará el Escudero. Maritornes, la criada se ha ofrecido al arriero que duerme en el mismo ambiente que don Quijote y Sancho. Aparece en la noche y se topa con el insomnio del Hidalgo que no puede aceptar sus favores sexuales porque está preso de Dulcinea. Todos contra todos en lucha muy chistosa.

Don Quijote, otra vez, se nos ha presentado íntegro, con una ética blindada.  Sancho es más práctico con una moral de conveniencias y puertas falsas.

El Quijote, anotaciones de un lector 5

Jorge Luis Contreras

Capítulos 12 y 13…

Los cabreros cuentan (presagios) la historia de un hombre rico que se hizo pastor por el amor de una mujer que rompía muchos corazones.  El novato pastor murió de amor. Don Quijote y Sancho escuchan poemas, y también el relato de Grisóstomo, cuyo entierro será al día siguiente.  Murió de amor.

Encaminado al lugar de la sepultura del amante siniestrado don Quijote enfrenta una prueba de fe.  Uno de los invitados al sepelio lo interroga respecto del linaje de él y de su amada Dulcinea.  Sereno el caballero andante anuncia que  el origen ha de buscarse en los caballeros de Arturo y su Mesa Redonda. En Lanzarote el héroe que se enamora de la reina.  No importa de dónde vienen él o la dueña de su voluntad; importa lo que de ellos se hablará en el futuro.

Sereno el hidalgo escucha que su fe es cuestionada.  Se le critica porque los andantes caballeros no se encomiendan a Dios, lo hacen a su dama.  Incluso en la muerte.

En el entierro, un hecho que sucederá muchas veces en el futuro.  Grisóstomo ha escrito su tragedia. Ordenó que todo fuera destruido.  La discusión se centra en cumplir o no el deseo del muerto.  Se salvan unos documentos.  La canción desesperada que tomará luego Neruda; y se da pie a Kundera que escribirá respecto de la última voluntad no cumplida de Kafka.  Todos estos pensamientos amalgamados en la escena final del capítulo 13.  Sancho entiende muy poco.

El Quijote, anotaciones de un lector 4

Jorge Luis Contreras

Capítulos 10 y 11…


Don Quijote ha vencido al vizcaíno. Sancho está más feliz que su amo porque saborea el gobierno de la ínsula. Piensa que la intensidad de la batalla es directamente proporcional al premio que se obtiene. Sancho es ingenuo. Sancho aprende que las batallas tienen una sesuda clasificación, y que no todas conllevan despojos inmuebles. Algunas son de tipo encrucijada y dan heridas, cabezas rotas, pérdida de orejas, etc. El mensaje está claro para el escudero; pero el corazón insiste. Don Quijote promete grandes victorias y gobiernos para su sirviente.

Aparece la tragedia. Sancho es analfabeto. Su señor intenta razonar con él; pero únicamente obtiene la desenfadada confesión de su condición de iletrado. Ni lee, ni escribe; pero cuando llegue el momento sabrá gobernar.

Aparece la alegría. Sancho, que sirve de pie a su amo, es convidado a sentarse como un igual junto a don Quijote. Ante la reticencia del Panza el hidalgo usa la fuerza y ya comen juntos quesos endurecidos y, sobre todo, bellotas. Semillas que tienen un gran poder evocador tipo Proust.

El hidalgo está inspirado y habla con elocuencia. Un muchacho canta para honrar a don Quijote que ya es huésped de unos cabreros.

El Quijote, anotaciones de un lector 3

Jorge Luis Contreras

Capítulos 8 y 9…


Cervantes ha escrito una novela moderna.  Melville, Borges, Tito Monterroso… han jugado a contarnos que sus creaciones les fueron dictadas, o que las hallaron en sitios extraños, o que les llegaron de misteriosas fuentes.  Ellos solo nos trasladan lo recibido.  Resulta que Cide Hamete Benengeli es el creador de la historia que El Manco de Lepanto transmite.

Ocurrente, con la creatividad vivísima, se nos cuenta otro “error de apreciación” del héroe manchego. Esta vez, entre el final del capítulo 8, y el 9 se nos revive una fiera batalla entre un escudero y don Quijote.  Expectación, inusitada animación, valentía, temeridad, arengas, revelaciones…  Todo para que el hidalgo venza en combate singular al vizcaíno que salva la vida por la intervención de su ama que promete enviar al derrotado luchador a ofrecer sus respetos a la bella Dulcinea.

El que lee el Quijote se atreve a todo.  Aventuro unos versos.  Estos:

Yo quisiera decir

Un nombre

En medio de la sombra

En medio de la noche

Cerca de la bruma

Cerca de la espesura

Del tiempo carcelero

Cerca del nublado paraíso

Cerca de la rumba del porvenir

El santo y seña

Del que sabe su destino

Y no lo evade…

Lo escucha susurrar

Y se pone en marcha

Con su rocín y su Sancho.

El Quijote, anotaciones de un lector 2

Jorge Luis Contreras

Capítulos del 5 al 7 y medio…

Un feliz don Quijote camina de regreso a su casa.  No imagina otra vida, no es para él otra vida.  Su destino es la caballería.  Regresa solo para que sus bártulos estén completos y pueda volver a los campos.  Necesita dinero y, sobre todo, un escudero. Sancho Panza ha sido elegido.

El cura, el barbero, la sobrina y la criada se conjuran para salvar al hidalgo de su locura. Piensan que al destruir los libros se arrancará de raíz el problema.  Aquellos juegan a censores. Este sí, este no; y en la prisa las joyas de la literatura de caballería van a la hoguera.  Algunos poemarios sobreviven, además de la obra de un tal Cervantes, y la novela germen del género.  Más nada.

Don Quijote había vuelto molido por unos indignos que lo atacaron en un confuso incidente después de poner en duda la belleza de la sin par Dulcinea.  Ha sido llevado (penosamente) por un hombre que se espanta de la locura del vecino.

Cuando despierta semicurado busca sus libros.  Estos ya no están, pero en su lugar está una pared que fue levantada por un encantador enemigo del Quijote.  Original historia inventada por los censores y creída por el héroe.

Una noche don Quijote y Sancho Panza parten hacia la aventura.  No avisan a familiar alguno.  Ya están lejos cuando su huida se percibe.  Se ha iniciado la segunda (más célebre que la primera) salida.

Yo sé quién soy. Yo sé quién soy se cansaba don Quijote de decirle al vecino que lo había llevado maltrecho de vuelta a casa cuando termina malamente su primera salida.  Yo sé quién soy piensa, quizá, el ingenioso hidalgo cuando embiste a los molinos.  Frestón, el mago enemigo que le robó sus libros es sin duda el mismo que convierte a los molinos en gigantes y a los gigantes en enemigos de concreto cuyas aspas derriban al caballero.  Sancho no pudo impedirlo.  Sancho sólo vio molinos y ahora acude a ver a su caído señor.

La historia es también de amor.  Don Quijote no tendría suficiente aliento para ir contra los gigantes si no tuviera a la señora de sus pensamientos, la sin par Dulcinea.  A ella se encomienda y entonces ataca.  Ella, que no es, se vuelve más real que el día, cuando su amado la invoca desde el corazón.

Los caballeros andantes no pueden quejarse, es contra su naturaleza.  Ni de la caída, ni de la falta de lanza (se hizo pedazos con el molino).  Habrá una encina y de ella una rama se hará lanza testigo de las muchas hazañas que a los compañeros les esperan en el Puerto Lápice.

Los molinos ya son historia.

El Quijote, anotaciones de un lector

Jorge Luis Contreras

Capítulos del 1 al 4…

El artilugio, amazonkindle; la propuesta, una lectura (por placer) del Quijote.  Me salto los permisos y las dedicatorias.  Si pudiera escribiría “a lo Borges”; pero bien sé que estas anotaciones ven la luz, más bien, como fragmentos.

Ya don Quijote se nos ha presentado, ya sabemos que está seco del cuerpo y del cerebro.  Entendemos que las novelas de caballería hicieron su efecto, pero (ahora aventuro) él tenía, pienso, un espíritu predispuesto.  El libro (los libros) solo halló al hombre adecuado.

Ya se autonombra, ya bautiza lo que de aquí en adelante serán sus preciosos bienes espirituales y materiales. Y va, asustado (los locos también se asustan), a buscar su destino.

El primer equívoco, la fortaleza con alcaide, música, truchas, candeal y doncellas; que no es más que una venta con ventero, silbato de castrador de cerdos, abadejo, pan y rameras.

Don Quijote come.  Come.  Grotesco (o tierno) no tiene peto ni espaldar; pero conserva la gola y la celada (no se la pueden quitar y así debe comer y descansar).

No hay cordura capaz de tanto honor, no hay sensatez que pueda ser tan constante, que pueda persistir tanto. Ahora nuestro hidalgo se ha empeñado en lograr que se le ordene caballero.  Si al principio se le sigue la corriente, el acto se apresura luego cuando la locura se vuelve peligrosa para los otros huéspedes de la posada que se acercan al bebedero donde don Quijote vela sus armas.  Se abrevian las cosas.  Media vela basta y ya el ventero y sus ayudantes hacen el ritual.  Don Quijote es caballero.  Yo quisiera saber qué sintió cuando su gallardía y honor adquirieron legalidad.

Ya parte de la venta.  El destino le da su primera tarea caballeresca.  El niño golpeado vilmente es solo aparentemente salvado por el hidalgo.  Los hombres no tienen honor, son avaros, mentirosos, ventajistas… Don Quijote parte con la idea de que ha hecho bien su tarea (niño salvado, Dulcinea honrada, hombre escarmentado… Todo en su sitio).